El vino es un símbolo de encuentros, recuerdos y el arte de disfrutar el momento. Une a las personas, forma parte de las tradiciones y se convierte en protagonista de ocasiones especiales. En esta serie de cianotipias, exploro la estética del vino a través de tonos azules profundos, capturando una atmósfera de calidez y nostalgia.
Copas, botellas, corchos y vides guardan historias: de conversaciones pausadas, viajes y la belleza de los momentos efímeros. La cianotipia hace que estas escenas sean atemporales, transformándolas en notas visuales sobre el vino.
Esta serie es una invitación a desacelerar, recordar el sabor de tu vino favorito y ver su reflejo en el arte.

Desde mi infancia, mis padres me enseñaron a tratar a los animales con cuidado, pero los gatos siempre han ocupado un lugar especial en mi corazón. Su presencia en la vida humana es inevitable: son independientes, pero siempre están cerca. Dejan sus huellas en los objetos, en los recuerdos y en el corazón.
En esta serie de cianotipias, capturo momentos de su existencia: efímeros y cálidos. Como la luz del sol que deja su huella en el papel, los gatos dejan su marca en nuestras vidas. En sus movimientos y siluetas se encuentra el aliento del tiempo: imposible de retener, pero posible de inmortalizar.

Esta serie de cianotipos está dedicada a los instrumentos de teclado, que cobran voz en diferentes rincones de nuestra vida. Entre las obras se encuentran imágenes de pianos de cola y verticales, capturados en interiores históricos y acogedores espacios. Cada imagen cuenta su propia historia, ya sea un majestuoso piano de cola en la sala de lectura de Pushkin, rodeado de una atmósfera antigua, o un piano que permanece discretamente en la esquina de un acogedor café.
El azul de Prusia agrega a estas imágenes matices de melancolía y sofisticación, resaltando la conexión entre la música, el tiempo y el espacio.
En casa de mis familiares, donde pasé mucho tiempo en mi infancia, había un piano que siempre me fascinó. Con estas obras, los invito a detenerse, sentir el sonido del silencio y experimentar la presencia de la música incluso sin sonido.

Los cianotipos creados a partir de mis fotografías del Palacio de Spitzer transmiten una combinación única de historia y modernidad, encarnando el espíritu de este asombroso, aunque deteriorado, edificio. A pesar de los signos evidentes de decadencia —paredes agrietadas, pintura descascarada y la pérdida de su antigua grandeza— el palacio conserva la atmósfera de vida que alguna vez reinó en sus salas.
Las obras, con su característico tono azul profundo, se convierten en un medio ideal para capturar detalles, resistiendo la destrucción y continuando su existencia en la memoria y la percepción.
El objetivo de estas imágenes es transmitir la conexión entre el ser humano y el espacio, que, a pesar de la ruina física, sigue viviendo dentro de estos muros.

Esta serie de cianotipos está dedicada a una escena inusual de Serbia: una antigua cabina telefónica junto a la cual una silla está encadenada, como si alguien se hubiera preocupado de que no la robaran y de que las personas pudieran sentarse cómodamente para hacer llamadas, probablemente a otros países, y hablar durante mucho, mucho tiempo.
El azul de Prusia de la cianotipia añade un matiz de nostalgia a esta escena y hace que los detalles sean más expresivos. Con estas imágenes, quiero llamar la atención sobre el valor de las cosas simples en nuestra vida.

Mi serie de cianotipos dedicada a las calles y la arquitectura de Moscú es mi visión de la ciudad, que se ha convertido en una fuente de muchos recuerdos agradables para mí. Aquí viví por primera vez de manera independiente, aquí hice mis primeras amistades por elección propia. Cuido con ternura los recuerdos que comienzan con un "aquí".
A través de esta técnica, intento resaltar las características de las calles y edificios de Moscú que quizás pasen desapercibidas en el ajetreo diario. Las fotografías que sirvieron de base para los cianotipos me permitieron concentrarme en detalles que antes me pasaban desapercibidos: desde grietas en las fachadas hasta inusuales entrelazados de arquitectura antigua y moderna.
Esta serie es mi diálogo visual con la ciudad y un intento de capturar momentos que unen experiencias personales con un espacio lleno de historia y vida.

Esta obra representa un edificio histórico: la Casa de Rentas de V.I. Firsanova, que adorna la calle Neglínnaya en el centro de Moscú. Construido con elegancia y atención al detalle, el edificio encarna el patrimonio arquitectónico de la ciudad.
La cianotipia añade una atmósfera especial a la imagen, resaltando la sofisticación de sus líneas y creando una sensación de intemporalidad. Esta imagen nos recuerda cómo la arquitectura puede convertirse en guardiana de la memoria de la ciudad, invitándonos a mirar su rico pasado.
Este es uno de los muchos edificios en Moscú que es imposible pasar por alto sin exclamar: "¡Pero qué hermoso es!"

Mi serie de cianotipos creada en Serbia es el resultado de mi encuentro con este método alternativo de revelado. Me inspiré en los paisajes y la arquitectura locales y comencé a usar la cianotipia como una forma de expresar mis paseos, transformándolos en algo más que un simple viaje: en una verdadera cacería fotográfica. Comencé a observar los detalles, a ver la ciudad desde diferentes ángulos y a sorprenderme de cuánto me había perdido antes de que la cianotipia llegara a mi vida.
Este método de revelado se convirtió en una especie de meditación, donde cada imagen es una combinación del placer de caminar y la captura de momentos únicos que cobran vida en los profundos tonos azules de la cianotipia.

Gamarjoba no es solo un saludo. Es una palabra que representa hospitalidad, amabilidad, calidez, el alma y una manera de ver la vida.
Con esta obra quiero transmitir la atmósfera de los antiguos patios de Tiflis, donde los momentos cotidianos, como la ropa tendida en un cordel, se convierten en parte del paisaje urbano.
La cianotipia, con sus tonos de azul únicos, revela no solo la arquitectura de la ciudad, sino también su alma, donde cada movimiento y elemento encaja en un cuadro general de armonía cotidiana.

"Polako" es una palabra de los idiomas serbio y croata que se traduce como "despacio", un llamado a la calma, a la paciencia y a no apresurarse. En gran medida, refleja la filosofía de vida de muchos pueblos balcánicos: menos estrés, más disfrute del proceso.
Para mí, también se ha convertido en un recordatorio más de lo importante que es detenerse en medio del ajetreo y maravillarse con la vida que nos rodea.